Llegan días de bebercio, de fiesta en toda la ciudad, de disfrute general... pero también de toneladas de basura en las calles, de borrachos y más borrachos y de difraces por doquier. Para aquellos que no nos gusta el carnaval, y me incluyo, son días de hacer acopio de alimentos y recluirse en casa o bien irse de la ciudad. Eso sí, si vives en el centro no podrás evitar escuchar alguna que otra cancioncilla carnavalesca, cuando alguna que otra significa 24h al día, con ese ritmo tan particular y pegadizo que acabas odiando.
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