Unos dirán que uno de los mayores problemas es motivarlos, hacer que en esas cabezitas diabólicas entre que tienen que trabajar y aprender por su bien.
O también puede ser un problema que entiendan cómo se comporta una persona digamos normalmente, qué puedes hacer en público y que no...
O que no callen ni un minuto y siempre tengan algo que decir con esas vocecitas que se te meten tan dentro del oído que a veces pueden llegar a reventarte el tímpano.
Pues no, nada de eso... el gran problema es que te peguen enfermedades cada dos por tres. Piojos, varicela o algo peor y por supuesto el resfriado.
En el último caso me hallo y por eso doy las gracias a esos malditos bajitos.
Elena
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